En esta ruta se pone a prueba la tolerancia al vértigo del senderista, por lo que hay que tomar las precauciones pertinentes. Las paredes del Entremón nos encierran y no hay escapatoria posible una vez nos hemos metido en sus fauces. Cuenta la leyenda que solamente el Diablo fue capaz un día de unir sus dos márgenes, construyendo un puente del que ya no queda rastro. Hoy solamente los buitres, cuervos y otras aves rapaces, son quienes reinan entre los verticales muros de inhóspito desfiladero.
El Entremón es uno de los enclaves más sobresalientes del paisaje de Sobrarbe, un espectacular desfiladero recorrido por el río Cinca. Es difícil imaginar que haya una senda que recorra este estrecho cañón, flanqueado por escarpes de rocas calcáreas que se elevan más de 400 metros sobre el cauce del río. El inteligente trazado de la senda parece aprovechar el único resquicio posible, a modo de cornisa natural. De hecho, para trazar esta senda tradicional hubo que excavar un tramo en la roca.
En la ida, el trazado discurre por un estrecho y aéreo sendero, a veces “picado” en la propia roca, para crear el hueco suficiente que permita el paso al avezado excursionista. El punto de salida y llegada es la presa de Mediano, desde donde podemos divisar una preciosa panorámica del Pirineo Axial en la lejanía y más cerca, veremos asomar la torre-campanario del pueblo que tristemente cedió sus tierras y su nombre al embalse.
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